Ser papá hoy, debe reconocerse y celebrarse
Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, padre es el varón que ha engendrado uno o más hijos. Y según los que tuvimos la dicha de crecer con un buen padre cerca, puede significar mucho más: sustento, protección, generosidad, modelo y guía, por mencionar algunas cosas.
Desde luego que también puede ser electricista, carpintero, plomero, entrenador del equipo de futbol escolar y hasta analista deportivo de sofá. Y aunque no sea el mejor mecánico, siempre se arremangará la camisa y caminará decidido al auto, abrirá acomedido el cofre y observará detenidamente el motor, tocando un par de piezas, con cara de experto.
Ese puede ser papá, cierto. Pero en realidad esos son los estereotipos que hasta hace no mucho se mantenían. Los tiempos han cambiado y la posmodernidad ha visto nacer nuevos modelos de familia y con ello, una redefinición de los roles de los padres.
Por mucho tiempo la mamá era la única que por tradición se ocupaba de cuidar y criar a sus hijos, además de las tareas del hogar, mientras que el padre era la figura de autoridad que daba sustento económico a través de su trabajo fuera de casa.
Por fortuna, aunque en nuestra cultura sigue predominando el sistema patriarcal, esto ha ido cambiado y las personas ya no son encasilladas como figuras modelo del deber ser, limitadas y unidimensionales. Hoy, cada vez más mamás trabajan aportando el sustento a la par que el padre, e incluso convirtiéndose en las principales proveedoras.
Por otro lado, cada vez hay más papás “amos de casa” que, ya sea por acuerdo mutuo, facilidad para trabajar desde casa, desempleo o por decisión propia, se dedican a sus hijos y al hogar.
Y aun cuando los papás sigan trabajando fuera de casa, hoy es muy común verlos colaborar en las tareas del hogar, cocinando, lavando trastes, cambiando pañales y haciendo equipo de manera equitativa.
No es que el intercambio de papeles entre mamá y papá sea mejor que el modelo tradicional. Son diferentes modalidades y su valor radica en que ahora las familias tienen mayor libertad para elegir.
Al final, no importa qué clase de padre sea, papá siempre será proveedor… un proveedor incondicional de cariño, apoyo, consejos y abrazos.
Orígenes de la celebración
La celebración del Día del Padre tiene sus orígenes en 1910, por iniciativa de una mujer estadounidense de nombre Sonora Smart Dodd. Al escuchar en la iglesia un sermón sobre el Día de la Madre, ella pensó que sería buen idea rendir homenaje a su padre, quien sin ayuda alguna la había criado a ella junto con sus cinco hermanos.
A raíz de esto, en 1966 el presidente de EUA Lyndon B. Johnson estableció oficialmente que el Día del Padre sería el tercer domingo de junio.
Consentir a papá, es fácil
Este Día del Padre, no dejes pasar la oportunidad de visitarlo y hacerle saber cuánto lo quieres, si aún tienes la fortuna de contar con él. Si no, también puedes festejar en familia al papá de tus hijos e incluso felicitar y reconocer el valor de los papás que conozcas, porque a veces se nos olvida que también ellos nos dieron la vida y nos han hecho quienes somos.
Además, consentir a papá no es muy difícil. Basta hacerle su comida favorita, organizarle una carne asada o simplemente acompañarlo a disfrutar de su partido de futbol, con sus botanas y bebidas favoritas.
Ahora que, si quieren aire fresco, puedes organizar una salida al campo donde, después de jugar en familia, pueden disfrutar de un delicioso picnic.
La verdad es que con el simple hecho de estar ahí y darle un abrazo, él estará feliz.
Papá, padre, papi, papito o simplemente pá, no importa cómo le llames… este Día del Padre hazle saber que, aunque ya creciste, sigue siendo tu héroe.
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